jueves, 22 de noviembre de 2007

Formación de las palabras (nociones básicas)

Las palabras se forman de letras , que a su vez son representaciones de un sonido. ¿Te imaginas si cada uno formara las palabras como quisiera? ¡Habría tantas palabras como personas! Para poder cumplir con el requisito principal del lenguaje, que es ser útil para comunicarse y entenderse, las palabras no se forman de cualquier manera, sino siguiendo ciertos procedimientos, según los cuales adquieren un significado específico.
Ahora veremos cómo intervienen las partes que constituyen las palabras en los distintos procedimientos que existen para formarlas. Estos procedimientos son tres: la derivación, la composición, y la parasíntesis. Además, revisaremos la formación de palabras complejas o locuciones.




La derivación
Probablemente, es el sistema de formación que más conoces, y es muy simple: se trata de agregar un morfema lexicogenésico sufijo al radical o morfema de base de una palabra. La palabra resultante será una palabra derivada.
Por ejemplo, la palabra comer posee un radical , que es com (recuerda que, como se trata de un verbo, debemos suprimir la terminación er para descubrir el morfema de base ). A este radical , podemos agregar un sufijo , y obtendremos una palabra derivada:

RADICAL + SUFIJO= PALABRA DERIVADA
com estible comestible

El sufijo estible aporta la idea de que se puede . Lo comestible, entonces, es aquello que se puede comer. Lo bebestible será aquello que se puede beber, y así. Existen muchos tipos de sufijos , y cada uno aportará a la palabra una idea nueva, pero siempre se mantendrá el significado implícito en el morfema de base .
Por ejemplo, el sufijo ilón implica bueno para .
Agregado al morfema de base que ya teníamos, esto es lo que ocurre:

RADICAL + SUFIJO = PALABRA DERIVADA
com ilón comilón


En la palabra dormilón, también está la idea de bueno para, pero en ese caso será bueno para dormir .
Uno de los sufijos más utilizados es el que se ocupa para formar el diminutivo, que es it o ecit.
Es importante recordar que el morfema sufijo debe agregarse después del morfema de base o raíz , pero al momento de hacer el análisis no debemos olvidar a los morfemas gramaticales, que entregan la información de género y número.
Veamos este ejemplo:

RADICAL + SUFIJO + MGN GÉNERO + MGN NÚMERO = PALABRA DERIVADA
herman it o s = hermanitos

Si en esta palabra se suprimiera el sufijo, que aporta la idea de pequeño, quedaría así:

RADICAL + MGN GÉNERO + MGN NÚMERO = PALABRA DERIVADA
Masculino Plural
herman o s = hermanos

Es decir, los MGN de género y número se mantienen, pertenecen a la palabra, solo el sufijo es lo que la hace ser una palabra derivada .
Para terminar, revisemos un tercer ejemplo, con el sufijo az que quiere decir golpe dado con .

RADICAL + SUFIJO + MGN GÉNERO + MGN NÚMERO = PALABRA DERIVADA
Masculino Singular
Martill az o Ø = martillazo

Martillazo es, entonces, el golpe dado con un martillo. ¿Qué significará entonces cabezazo? Golpe dado con la cabeza.

- Derivación por prefijación : (para algunos gramáticos, sería un caso especial de composición) caso en el que es necesario añadir un morfema lexicogenésico prefijo a la palabra ya existente. Para esto no es necesario separar el morfema de base, como debíamos hacerlo en el caso de la derivación con sufijos. La palabra se mantiene igual, solo que con un prefijo antes. Los prefijos, al igual que los sufijos , tienen significado propio, por lo tanto, aportan una idea particular al significado que la palabra ya tenía.
Veamos un ejemplo.

PREFIJO + PALABRA = PALABRA COMPUESTA POR PREFIJACIÓN
Sub teniente subteniente

El prefijo sub aporta la idea de por debajo de. Así, el subteniente será aquel que está por debajo del teniente, en una escala jerárquica.
Al igual que los sufijos, existen muchos morfemas prefijos, uno de los más comunes es in, que entrega la idea de lo contrario de. Por ejemplo: decente - indecente . Cabe señalar que este morfema debe ser a veces modificado por razones de ortografía: en palabras que comienzan con p, el prefijo será im. Por ejemplo: paciente - impaciente ; y perfecto - imperfecto . En este caso no se trata de un alomorfo, sino del mismo prefijo modificado por razones ortográficas, ya que en español la letra n nunca va antes de la letra p.
Revisemos un último ejemplo, con el prefijo re, que quiere decir volver a .

PREFIJO+ PALABRA = PALABRA COMPUESTA POR PREFIJACIÓN
Re conquistar reconquistar

Gracias al valor del prefijo , la palabra reconquistar significa volver a conquistar . Lo mismo ocurre, por ejemplo, con reelegir , que quiere decir volver a elegir .
La composición
Es el segundo método para formar palabras nuevas a partir de otras ya existentes. Ahora bien, hay dos maneras diferentes de formar palabras por composición, es decir, de componer palabras: por yuxtaposición, o por medio de guión. Los revisaremos uno a uno.

- Composición por yuxtaposición : la yuxtaposición es un concepto que significa junto a , al lado de . Por lo tanto, poner una palabra yuxtapuesta a otra quiere decir ponerlas juntas. Ese es el segundo método para formar palabras compuestas: juntar dos palabras distintas que, al estar juntas, pasan a tener un significado nuevo y diferente del que tenían cada una por separado.
Veamos un ejemplo:

PALABRA + PALABRA = PALABRA COMPUESTA POR YUXTAPOSICIÓN
Sur este sureste

Tanto la palabra sur como la palabra este tienen un significado independiente; señalan puntos cardinales. La palabra sureste indica un punto distinto, intermedio entre los dos.
Veamos otro ejemplo:

PALABRA + PALABRA = PALABRA COMPUESTA POR YUXTAPOSICIÓN
Coche cuna cochecuna

En este caso, la palabra compuesta cochecuna es un artefacto que es coche y cuna a la vez.

- Composición por medio de guión: en este procedimiento, las palabras se componen de forma similar a la yuxtaposición . Solo que en este caso las dos palabras originarias que componen la nueva palabra, no están completamente juntas, una al lado de la otra, sino unidas por medio de un guión. Sin embargo, las palabras que se encuentran agrupadas mediante este guión pasan a formar una sola palabra.
Veamos un ejemplo:

PALABRA + PALABRA = PALABRA COMPUESTA POR MEDIO DEL GUIÓN
Químico farmacéutico químico-farmacéutico

La parasíntesis
Es el tercer procedimiento que nombramos, mediante el cual pueden formarse palabras. En cierta forma, este no es un método distinto de los otros dos -la derivación y la composición - sino que se trata del empleo simultáneo de ambos métodos .
Estos métodos pueden combinarse de dos formas, para dar origen a palabras parasintéticas:
- Palabra + radical + sufijo: se trata de agregar simultáneamente un sufijo a un morfema de base , y además, de anteponer un palabra ya existente. Las palabras así formadas no son comunes.
Un ejemplo que podemos observar es sietemesino.

PALABRA + RADICAL + SUFIJO + MGN
género
Siete mes in + o



Como ves, no se trata de agregar un sufijo a una palabra ya existente, ya que la palabra sietemes no existe. Del mismo modo, no se trata de la yuxtaposición de dos palabras, puesto que siete es un palabra que existe, pero mesino no.

- Prefijo + Radical + Sufijo: con esta manera de formar palabras parasintéticas, se debe agregar al mismo tiempo un prefijo y un sufijo a un morfema de base . Al igual que en la combinación anterior, no es fácil producir estas palabras, y uno de los escasos ejemplos es descarado.

PALABRA + RADICAL + SUFIJO + MGN
género
Des car ad + o



Ni la palabra descarar ni la palabra carado existen por sí solas, por lo tanto, no se puede decir que se haya agregado un prefijo o un sufijo a una palabra ya existente. Ambos morfemas han sido combinados al mismo tiempo con el morfema de base.
Veamos otro ejemplo.

PALABRA + RADICAL + SUFIJO + MGN
género
En pan ad + a


En este caso ocurre lo mismo: al radical pan se le ha agregado el prefijo en y el sufijo ad al mismo tiempo. Recuerda que en este caso, en el prefijo en, la n debe cambiarse a m por razones ortográficas, ya que el morfema de base comienza por p.

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lunes, 12 de noviembre de 2007

EL ESPAÑOL DE AMÉRICA. EL ESPAÑOL EN EL MUNDO:




1.- El español en el mundo. Situación y perspectivas de difusión.

Nuestro idioma es hoy lengua oficial y/o de cultura de más de 250 millones de hablantes, de los que un 90% lo tiene como lengua materna. Su extensión comprende el suroeste y otras comunidades de los Estados Unidos de América, como Nueva York; Méjico, América Central y Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, toda América del sur, salvo Brasil y las Guayanas; una minoría en Filipinas, el pueblo sefardí y Guinea Ecuatorial. Algunas de estas maneras del español merecen un comentario detenido.

El judeo-español, o sefardí, nace ya en la Edad Media como un español con ciertas peculiaridades debido al carácter culturalmente cerrado de los judíos hispanos. Tales tendencias se observaban en arcaísmos - el sefardí apocopaba aún en el XIV, un siglo más tarde de lo acaecido en España -, en el calco de construcciones hebreas - como en el genitivo ponderativo del tipo Por los siglos de los siglos - y voces mosaicas - como Quinnán, “compromiso jurado” -. De hecho, el judeo-español de las versiones bíblicas, o judesmo, no corresponde al hablado, de tan ajustado en lo literal a los originales hebreos. El arcaísmo actual se debe a que se conserva con pocas evoluciones el español de los tiempos de la diáspora, que se inicia en 1391 y finaliza un siglo más tarde con el decreto de expulsión de los Reyes Católicos. De este modo, como ejemplo, podemos observar como conservan grupos intervocálicos latino como mb - plombo por plomo-, las prepalatales /s/ y /z/ correspondientes a las grafías x, g y j que caen en el reajuste de sibilantes que se inicia en el XV, o la vacilación entre el mantenimiento y la aspiración de f- inicial latina - fabla por habla-, que en español cae definitivamente en 1520.

Uno de los puntos de destino fue Portugal - de ahí el gran número de lusismos que hoy pervive, como dó, só, estó por doy, soy y estoy- ; también rechazados de allí, se trasladaron a Amsterdam - Spinoza es de ascendencia sefardí - y a otros muchos lugares de oriente. El otro punto de diáspora es el de los países de la cuenca del Mediterráneo: Turquía, todo el Magreb, Palestina, los Balcanes,... En el siglo XX se ha constatado una notable decadencia de esta modalidad del español por múltiples motivos: así, el genocidio nazi casi aniquiló a la numerosa comunidad balcánica; en los países alejados, pequeñas comunidades se adecuaron al idioma circundante, como sucedió en Nueva York; en la misma Israel, el peso de las comunidades europeas orientales, especialmente la mayoritaria eslava, y la uniformidad lingüística basada en el neohebreo han influido negativamente en el sefardí: de hecho el léxico se va empobreciendo y se adoptan términos de las comunidades circundantes; en Marruecos pesa decisivamente la influencia del español moderno. Actualmente se han sintetizado todas las variantes sefarditas en una modalidad inteligible para todo sefardí, en franca regresión y reducido al ámbito familiar, a pesar de varias publicaciones y eventos culturales.

En Filipinas los misioneros impusieron el español como lengua de educación, eclesiástica y administrativa, creándose el chabacano, o dialecto español filipino. No obstante, tras la pérdida de las islas en 1898, Estados Unidos impuso con éxito la cooficialidad del inglés y el tagalo, lengua autóctona. El español se fue reduciendo rápidamente al ámbito familiar de generaciones ya envejecidas que no encontraron relevo en su descendencia, quedando hoy como sustrato del inglés y el tagalo.

En el ámbito americano, el español es cooficial con el quechua en Perú, y con el guaraní en Paraguay. En Puerto Rico, estado libre asociado a los EE.UU., el inglés fue la lengua oficial desde 1902. En 1949, el Ministerio de Instrucción Pública decretó la presencia del español en el ámbito docente y, tras sucesivas tensiones, en 1991 el español vuelve a ser idioma oficial en Puerto Rico mediante la llamada Ley 417. Actualmente el español no ha conseguido desbancar al inglés de los ámbitos tecnológicos y financieros.

Las perspectivas de unidad del español son esperanzadoras, varios factores han contribuido a ello: nuestro idioma llega a América entre los siglos XVI y XVII, cuando está ya muy cohesionado; la unidad normativa se refleja de un modo muy fuerte y ha conseguido que las diferencias sean sólo orales y, en parte, léxicas.
La labor de la confederación de las Academias de la Lengua y del Instituto Cervantes ha tenido mucho que ver con esta cohesión, que se refleja en el creciente mundo audiovisual latino, cada vez más autónomo y pujante aun en los EE.UU. Por otro lado, los flujos migratorios, más que turísticos, han ayudado al contacto directo entre los diferentes países hispanoamericanos y España.


2.- El español de América.





2.1.- Introducción.

La diversidad a la que hemos aludido antes no se refiere sólo a las divergencias entre el español de nuestro país y el americano: no podemos hablar de una sola modalidad americana. Pedro Henríquez Ureña distinguió cinco zonas:

 Antillana: Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, costa de Venezuela y litoral atlántico de Colombia.
 Mejicana: Méjico, América Central y suroeste de EE.UU.
 Andina: Andes venezolanos, meseta colombiana, Ecuador, Perú, Bolivia y noroeste de Argentina.
 Chilena: Chile.
 Rioplatense: Argentina, Uruguay y Paraguay.

Los factores que han intervenido en esta diversidad, según vamos a detallar, son los sustratos indígenas y de hablas africanas, procedencia de los colonos españoles y evolución propia.

2.2.- La influencia de las lenguas indígenas y las hablas negras.


La conservación de las lenguas indígenas se debe a la política lingüística de evangelización, por la que los misioneros compusieron gramáticas y diccionarios, aunque desde la metrópoli se conminara a uniformar a los súbditos bajo el castellano, hecho que culminó con un decreto de Carlos III en tal sentido en 1770. Hoy hay zonas donde las lenguas amerindias tienen una gran importancia: sur de Méjico, Guatemala, Honduras, El Salvador, la costa pacífica desde Colombia hasta Perú, la sierra y los altiplanos andinos, la selva del Orinoco, el Amazonas, Paraguay y la zona araucana de Chile.

Las lenguas más importantes son el quechua, que cuenta con cuatro millones de hablantes y es cooficial en Perú; el guaraní, con dos millones y también cooficial, en Paraguay; el náhuatl, que ostenta 800.000 usuarios en Méjico; mientras que entre 200.000 y 500.000 de hablantes tiene el mayaquiché en Yucatán y Guatemala; el aimará en Bolivia y Perú; el zapoteco, el tarasco y el mixteco en Méjico; y el araucano en Chile.

Durante un tiempo se vino idealizando la importancia de las lenguas indígenas en el español americano. Por ejemplo, Rodolfo Lenz afirmó que el español de Chile era un modalidad con sonidos araucanos, no obstante esta tesis va perdiendo consistencia: muchos de los fenómenos aducidos ya se estaban dando en la Península Ibérica, como la aspiración de /s/ implosiva, o la existencia de un alófono bilabial de /f/. Lo mismo cabe decir de la no fricación de oclusivas agrupadas con líquidas, o en posición postconsonántico, hecho registrado en España en 1600.

Otras palabras de procedencia indígena han adecuado su pronunciación al español, así la x se pronuncia como /s/, pero también como [ s ], es decir, como predorsodental. Sí hay alguna influencia indígena en zonas bilingües, especialmente en lo fonético: sirvan de ejemplo dos hechos: en el Yucatán, por influencia del mayaquiché, las oclusivas sordas, /p/ /t/ /k/, se pronuncian como africadas seguidas de aspiración; por su parte, en zonas de fuerte pasado incaico se confunden /e/ e /i/ y /o/ y /u/ porque el quechua y el aimará sólo tienen tres vocales, /a/, /i/ y /e/.

Morfológicamente apenas quedan el sufijo náhuatl /-éko/, con sus femeninos y plurales para indicar relación - yucatecos -, y en zonas de Perú pervive el sufijo aimará /-í/ como posesivo.

La mayor aportación se encuentra en el enorme caudal léxico que refiere realidades americanas antes desconocidas en Europa: tiburón, cacique, chocolate, patata,... Las aportaciones morfológicas son mínimas y las fonéticas, o muy reducidas y como sustratos, o confundidas como evoluciones españolas.

Por su parte, la población negra, de origen esclava, es de alto porcentaje en Las Antillas, litoral caribeño y las costas del Pacífico hasta Ecuador. Este hecho, el de que tuvieran una localización precisa, sumado a la circunstancia de que recogieran abundantes lusismos por la nacionalidad de los negreros, hizo que esta población se entendiera en una mezcla de lenguas africanas y vocablos portugueses y españoles que se denominó bozal. Esta habla fue desapareciendo en favor de un español con un abundante léxico bozal referido a lo religioso, a la danza y a parte de la realidad material cotidiana. Esta modalidad de español, conocida como hablas criollas africanas, pervive hoy en algunas de las zonas reseñadas.

2.3.- Influencia del español septentrional.

Fonéticamente no hay un conjunto de fenómenos comunes ni, por ello, lazos evidentes de dependencia del español americano con el del norte de España. Con todo hay similitudes en zonas donde hubo colonizadores de esta procedencia. Por ejemplo, en Chile y partes de Perú, Bolivia y Argentina los fonemas vibrantes se pronuncian asibilados y la secuencia /tr/, se pronuncia /t/ como africada, alveolar seguida de una fricación sorda y vibrante, como sucede en zonas de La Rioja, Navarra y País Vasco. Por su parte, en Paraguay existe leísmo, fenómeno muy raro en Hispanoamérica - por el peso del español meridional, que no es leísta -, y propio de zonas castellanas. Como veremos, el español americano, es heredero directo de las modalidades meridionales, no de las septentrionales.

2.4.- Influencia del español meridional.

La importancia capital del elemento andaluz y, en menor medida, canario y extremeño encuentra una primera respuesta en la procedencia de los primeros colonizadores y al hecho de que las mujeres tardaron en llegar y, cuando lo hicieron, en el siglo XVI, la mayoría era originaria de las provincias de Cádiz y Sevilla. Por otro lado, hay un criterio de corrección normativa: Sevilla era el centro administrativo y comercial en la metrópoli, los dirigentes militares eran también meridionales -Cortés y Pizarro eran extremeños- al igual que los mismos cargos administrativos en la primera época: su modalidad quedó investida de un prestigio social y económico que pronto se impuso. Cuando las capitales de los virreinatos, como Méjico capital y Lima, trataron de imponer la norma castellana del norte era demasiado tarde y no irradiaron allende sus límites, hecho que se vio ayudado por la falta de contacto entre las capitales y las zonas periféricas.

Incluso se ha comentado la idea de que en las tierras altas - Chile y las zonas montañosas de Bolivia, Perú, Argentina y Paraguay -, más diferentes al paisaje y climatología meridionales, se impusiera la modalidad septentrional, pero también en esas zonas el origen de los colonizadores era meridional en los siglos XVI y XVII.

La influencia morfológica se desvela en la caída de la -d de los imperativos - cantá - y en el hecho de que, como en zonas de Andalucía occidental, de elimine la diferencia entre ustedes y vosotros en favor de aquél, pero no como forma de respeto; aunque en Andalucía se combina con la segunda persona del plural - ustedes habláis bien - mientras que en América se une a la de tercera del plural - ustedes hablan bien -.

Sin embargo es en lo fonético donde la presencia meridional es decisiva: el seseo, el yeísmo, una serie de fenómenos relacionados con las líquidas y la aspiración de /x/ y de h procedente de f- inicial latina, como vamos a detallar.

2.4.1.- El seseo.

Para conocer satisfactoriamente el fenómeno que conocemos como seseo tendremos que remontarnos al corte sincrónico de la historia de nuestra lengua que conocemos como preclásico (1474-1525). En tal tiempo, en la zona meridional las dentales africadas ( es decir, c+e, i y ç como sorda /s/, y z como sonora /z/) se hicieron interdentales. Este hecho hizo que se confundieran con las apicoalveolares (esto es s intervocálica como sonora /z/, y s no intervocálica, geminada o no, como sorda /s/) por proximidad articulatoria.

Ya en época áurea se elimina las sonoras sibilantes al igual que se hizo en el norte, de modo que si c+e, i , ç, z, y s se pronunciaban como interdental sorda, se daba el zezeo, mientras que si se pronunciaban como alveolar sorda, se daba el çeçeo.

Posteriormente, desapareció en el sur peninsular y en Canarias la apicoalveolar, de modo que quedó el fonema interdental, fricativo, sordo /O/ para las grafías c+e, i , ç, z, y s, dándose el ceceo. Sin embargo, si tal fonema se pronunciaba con su alófono dental [ s ], estaremos ante el seseo. Fue este último fenómeno el que pasó a América: nótese que el complejo reajuste de sibilantes que hemos comentado finaliza su desarrollo en torno a 1650, y ya estaba iniciado desde 1492, es decir en pleno periodo de colonización por parte de gentes que procedían del sur de España. Hoy el seseo supone un solo fonema /s/, pronunciado como predorsal, para tres grafías: c+e,i; z y s, como sucede en amplias zonas de Andalucía y Canarias.

Otro fenómeno compartido por españoles meridionales y americanos es la aspiración, y aun caída de /s/ final o en posición implosiva, con duplicación de la consonante siguiente como en ¿Te enteraste? pronunciado como /tenteráhtte/. En ciertas zonas, la aspiración de s implosiva puede provocar el ensordecimiento de la sonora siguiente: como en Los dados como /lohtdádoh/; y, si sigue vocal a una s final, ésta puede apoyarse en ella, como ocurre en Andalucía: Los ojos /lo sóxoh/.

2.4.2.- El yeísmo. Las consonantes líquidas. La aspiración de /x/ y de h procedente de f- inicial latina.


La pronunciación de la palatal, lateral, sonora, de grafía ll como africada /y/ está ampliamente extendida en América (salvo en zonas con sustrato quechua - Perú y zonas andinas colindantes -y mapuche - partes del sur de Chile y Argentina -, donde existía la palatal lateral). Fue un fenómeno ya atestiguado en mozárabe (como paso del grupo romance C´L >LI > Y) y que ya estaba consolidado en el siglo XVI en Andalucía.

Por su parte, las líquidas /r/ y /l/, como en Andalucía, se truecan - amor /amól/-, vocalizan - carta /káita/ - e incluso caen - respirar /respirá/ -.

En cuanto a la aspiración de h procedente de f- inicial latina, ya se producía en en el siglo XVI de tal manera que en 1520 deja de usarse f como grafía de [ h ], como en faminem > hambre como /hámbre/. Sin embargo, la aspiración quedó rechazada en el norte, pero no en Andalucía, donde sigue vigente, como en América, hasta extenderse en algunas zonas hasta otras labiodentales fricativas mantenidas en español estándar - afuera /ahuéra/ - y a la aspiración del fonema velar, fricativo, sordo /x/, así en Méjico como /méhico/.


2.5.- Características propias.

Es común en América la predominancia abrumadora del diminutivo -ito con valor estilístico extendido incluso a otras categorías no nominales - ahorita -, hasta el punto de haber desplazado a -illo y -ete, y en menor medida a -ico, que puede unirse a -ito - toditico -.

Otras peculiaridades americanas son la adición de -n a los pronombres enclíticos - démen por déme -, o el uso de la interjección apelativa ché - proveniente de un cé peninsular de entre los siglos XV al XVII- y que tiene extraordinaria difusión en las hablas rioplatenses -como en la Valencia española-.

Muchas de las características propias del español americano apuntan, de hecho, a un cierto mantenimiento de rasgos arcaicos, especialmente reflejados en el léxico: así el uso de carro por coche, o pollera por falda.

Así, uno de los lugares comunes del español americano, el voseo, responde a esta tendencia. En la España de 1500 tú era la forma de tratamiento para dirigirse a iguales o a inferiores, y vos entre iguales. Al irse generalizando usted, tú recobró el terreno arrinconando a vos hasta eliminarlo definitivamente ya a inicios del siglo XVIII.

Estos cambios se implantaron en zonas de más tardía emancipación de la metrópoli, con la que mantenían un mayor contacto, como Méjico, Perú, Bolivia y Las Antillas, zonas donde había capital de virreinato, donde hoy, de hecho, predomina tú - en Las Antillas tal predominio se explica por la influencia de la Universidad de Santo Domingo-. Sin embargo, en zonas con menos contacto con España, como Paraguay, Uruguay, Argentina, América Central y Chiapas - Méjico -, dominará el vos; mientras que el resto de Hispanoamérica contiende una forma con otra.

Vos concuerda con formas verbales que en su origen fueron de plural, como los imperativos sin -d final - Cantá -, usados en España hasta el XVII. Del mismo modo, acompaña a varias formas verbales, especialmente presente de indicativo, que deshacen el diptongo en la desinencia, formas desaparecidas ya en el XVI en España - Vos sabés -. También es destacable el hecho de que el mantenimiento de vos no haya sido acompañado por el de os y vuestro, como hubiera sido de esperar, sino que concuerda con te y tuyo, tu, tus,... - Vos te volvés para tu casa -.

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sábado, 13 de octubre de 2007

RELACIONES SINTÁCTICAS: SUJETO Y PREDICADO.


1.- El concepto de oración y sus constituyentes: sujeto y predicado.

La oración, en cuanto signo lingüístico, mantiene una relación de predicación con la realidad extralingüística. Tal realidad se distribuye y analiza en la mente en cuanto sujeto lógico -aquéllo que ya conocemos- y en predicado lógico -lo que predicamos del sujeto lógico-. De este modo relacionamos esto con el tema, o información conocida, y el rema, o lo añadido. No obstante, en la elaboración lingüística sujeto y predicado gramatical pueden no coincidir con sus homónimos lógicos. Por ejemplo: conozco que he enviar unas cartas -sujeto lógico- pero no sé a quién -predicado lógico-: si enuncio ¿Quién recibirá las cartas? El sujeto lógico ha pasado a gramatical y el predicado lógico a sujeto gramatical.

De ahí que podamos afirmar que el sujeto mantiene una relación de predicación de una variable: el sujeto. Esta variable se define habitualmente con la idea de un ser o hecho concebido en sí mismo, es decir:un sustantivo u otra estructura o categoría que funciona como tal:

/una oración subordinada sustantiva: No me importa que vengas tarde.

/un pronombre ¿Quién es el presidente?

/un infinitivo nominalizado: El maldecir es una costumbre poco recomendable para la paz interior.

/un adjetivo sustantivado: El rojo es mi coche.

Por eso, tanto la Gramática de Dependencias como el Postestructuralismo afirman que, en virtud de esta naturaleza predicativa, la oración tiene como único componente obligatorio tal núcleo predicativo, el verbo, en torno al que se agrupan otras variables, entre las que se encuentra el sujeto. De ahí que, como veremos más abajo, la obligatoriedad del sujeto quede en entredicho en la definición tradicional y generativista de la oración reescrita como SN + SV (V + Pdo.).

2.- La concordancia entre sujeto y predicado.

Ambos elementos mantienen una estrecha cohesión desde el punto de vista morfológico y sintáctico: la concordancia. Los verbos españoles tienen morfema de persona y número que concuerdan con el sujeto por el siguiente cuadro desinencias, asumiendo el sujeto en la morfología y haciendo su presencia en ocasiones innecesaria: ¿Te vas?:

Generales Perfecto simple Imperativo

Yo 0 0 -

- s - ste 0

Él, ella o usted 0 0 -

Nosotros-as -mos -mos -

Vosotros-as -is -steis -d

Ellos-as o ustedes -n -ron 0

Por otro lado, existen solecismos, o errores de concordancia, en sentido estricto: El botón de los pantalones me aprietan. Pero también es cierto que hay discordancia ad sensum, o psicológica: así en verbos de estimación cobra mayor importancia el complemento indirecto pues es el que adquiere mayor relevancia informativa: A nosotros nos gustan el fútbol; o, en ocasiones, cuando se quiere ponderar la pluarlidad de un colectivo morfológicamente plural: La multitud, después de mucho griterío, se avalanzaron sobre el orador.

Los sujetos con sintagmas nominales coordinados acostumbran a concordar en plural: La vida y la muerte son misterios del hombre. Salvo si el segundo núcleo nominal no viene actualizado por sí mismo, sino que toma la actualización del elemento anterior, uniéndose con él: El coser y planchar es una tarea deagradable.

Cuando el verbo está antepuesto puede concordar con el primer sintagma nominal: Le impresionó el amanacer y el color miel del cielo. Otras veces, sencillamente concuerda con el más próximo: Le dijo el grupo de amigos y su hermano que no llegara tarde.

Por otro lado tenemos discordancias semánticas en los llamados plurales de modestia y mayestático, donde se usa la primera persona del plural por la del singular. En aquél para hacer desaparecer un yo a veces presuntuoso o para compartir retóricamente la responsabilidad de la opinión vertida: Mantenemos que tal teoría es errónea. En el mayestático, para marcar el carácter representativo de una pluralidad en una persona: Nos, el rey.





3.- El problema del sujeto como agente: la definición semántica.

La gramática tradicional define al sujeto como aquél que realiza una acción –Juan compra cupones cada día-. No obstante, la idea de un sujeto agente se ve mermada por el hecho de que no da cuenta de las categorías semánticas que el sujeto puede adquirir.

· En las oraciones atributivas, al sujeto se le atribuye una cualidad; describe una cualidad o estado: Juan es alto.


· En la voz media, el proceso acaece en el sujeto sin que éste sea agente: Pedro se ruborizó ante los elogios.


· Igualmente hay sujetos que son lo contrario de agentes en cuanto son ellos los afectados por la acción verbal, es decir son pacientes: Visitación recibió una carta.


· Los sujetos adventicios no son agentes sino que un agente exterior les provoca la acción: Cuando se encendió la tele todos se callaron.


· Por el contrario, los sujetos causativos hacen que se realice la acción, pero no son ellos los agentes: Me corté el pelo ayer. En ocasiones es la propia cosmovisión del idioma el que desambigua, en cuanto, en sentido estricto, cabe la posibilidad de que el sujeto sea verdaderamente agente.


Podemos concluir, por tanto, en que el sujeto es una categoría gramatical que no puede definirse desde un punto de vista semántico como agente. Su función es una realidad funcional y gramatical que no implica necesariamente un solo caso semántico.



4.- Obligación del sujeto.



Según el postestructuralismo un acto de habla, o evento, -¡Que vengas!- es único en un espacio y un tiempo. A éste le subyace, en un primer grado de abstracción, una expresión, que es la oración con su entonación y contexto potenciales: Deseo que vengas. A su vez, la expresión se abstrae en un esquema oracional que prescinde de todo lo que no sea regido obligatoriamente por el verbo, y sus casos semánticos se sustituyen por marcadores indefinidos: Alguien desea algo.


Un esquema oracional supone obligatoriamente un núcleo predicativo, el verbo, y una serie de variables que pueden ser obligatorias o no. Entre estas variables se encuentra el sujeto, admitido por las oraciones con él –presente u elíptico-, pero inexistente en las impersonales: son pura predicación de una realidad extralingüística. Así tenemos las de fenómeno meteorológico: Llovió mucho anoche; las gramaticalizadas con haber, hacer, estar y ser: Es de noche, Está nublado, Hace frío, Hay gente importante,...; las absolutas con se: Se vive a gusto con los niños; entre éstas, si el verbo concuerda con el CD, son pasivas: Se venden botellas -en este caso sí tienen sujeto gramatical, el paciente, pero carecen de sujeto lógico en cuanto agente-, pero si no concuerdan con el CD serán activas: Se vende botellas.


Por otro lado tenemos los actos de habla unimembres, relacionados con la modalidad expresiva: ¡La policía!. En éstos el sujeto no está en el acto de habla porque ha sido omitido, no porque no exista: a este acto le subyace una oración con núcleo predicativo: ¡Viene la policía!. Con todo, es evidente que el hecho de que sean admisibles como unimembres es un hecho de norma: el uso comunitario de estas construcciones carentes de sujeto han provocado su fosilización como unimembres; pero el sistema de la lengua nos la desvela como eventos de habla que sí tienen un sujeto, aunque omitido.


Las oraciones de sujeto elíptico son las que lo tienen callado en el acto de habla por varias razones: los morfemas verbales de persona y número lo asumen, haciendo innecesaria su aparición: ¿Vienes? ; es posible que se desconozca: Han matado al presidente; o que quede sobreentendido por los interlocutores: Han barrido la calle.


5.- Tipos de predicación en español.


La estructura de la oración, según la definimos, la componen un sujeto y un predicado. Al mismo tiempo, la oración se compone de un dictum y de un modus. El dictum atiende al contenido de la representación y su reflejo en la naturaleza morfosintáctica y semántica de la oración. El modus -del que hablaremos por extenso al abordar la modalidad- añade la actitud y adhesión del emisor respecto a su enunciado: así el dictum Juan viene con una modalidad de apelación exhortativa produce la oración: ¡Que venga Juan! Atendiendo al dictum, las oraciones se pueden dividir en atributivas y predicativas.


5.1.- Predicado nominal.

Su estructura corresponde a un sujeto del que se atribuye una cualidad expresada en un predicado nominal. La cualidad, o atributo, se une al sujeto por medio de un verbo que funciona como mera cópula. Son éstos los verbos copulativos -ser, estar y parecer-, que expresan un modo del ser. De este modo su estructura es: Sujeto + Predicado Nominal (cópula + atributo).

El verbo copulativo puede omitirse en oraciones unimembres: ¡Qué linda [es]!. Por otro lado, puede funcionar incluso como verbo predicativo en oraciones intransitivas: ¡Es que no quiero!, Estaré en casa,... , con impersonales: Es de día; y como auxiliar: El coche ha sido fabricado por Seat.


Los verbos semicopulativos son verbos normalmente predicativos que varían su significado para expresar una cualidad del sujeto, pero sin llegar a ser meros nexos de unión: Los amigos quedaron contentos.

5.2.- Predicado verbal.

Las oraciones predicativas expresan un modo del suceder de la realidad extralingüística. En este sentido han sido clasificadas según criterios de voz -pasivas y activas-, de transitividad y reflexividad, e impersonales y no impersonales -de éstas ya nos hemos ocupado arriba, abordaremos ahora las otras-.

Las transitivas tienen un primer afectado por la acción verbal, el complemento directo (CD en adelante), al que necesitan para expresar por completo su significado, mientras que las intransitivas no lo necesitan. No obstante, las oraciones transitivas absolutas son las que no necesitan de un CD -Llorar- .

Las reflexivas son un subtipo de las transitivas: en éstas el sujeto y el término de la acción comparten referente: pueden ser directas si tal término es CD -Me abrigué- o indirectas si es complemento indirecto, o de acusativo griego -Me abrigué la cara-. Son causativas si el sujeto no es agente, sino, semánticamente, mediador para de la acción: Me construí un iglú.

Las llamadas reflexivas intrínsecas corresponden a los verbos pronominales cuyo significado acaece en el sujeto, sin que éste se constituya claramente como verdadero agente o término: Me arrepentí de lo que hice.


Algunos autores incluyen aquí las oraciones con dativo ético en cuanto es un término de la acción que puede coincidir con el referente del sujeto, si bien tal término es estilístico y elidible: Me cogí mi coche y me fui.

Las recíprocas son una modalidad de las reflexivas, pero en este caso se trata, semánticamente, de una pluralidad cuyos componentes se realizan la acción mutuamente: Los niños se daban balonazos.

Dentro de las intransitivas, Alarcos realiza la siguiente división desde una perspectiva semántica:

· Estáticas: expresan un modo de estar: Yo me comporto bien.

· Dinámicas: expresan proceso: Corrí ayer.

· Eventuales: son verbos transitivos en construcción eventualmente intransitiva: Ayer comí tarde.

Las oraciones pasivas no tienen a un sujeto agente que realice la acción verbal, como sucede con las activas, sino que su sujeto recibe la acción del verbo y es el complemento agente el que realiza tal acción. De ahí que éste pase a sujeto y aquél sea CD en la voz activa : Ese coche ha sido fabricado por Seat > Seat ha fabricado ese coche. Con todo, la norma impide esta transformación en algunos casos: Tengo dolores de espalda > *Dolores de espalda son tenidos por mí.


Las pasivas reflejas se forman con la marca se y con el verbo en tercera persona; pueden ser conmutadas por una pasiva perifrástica: Se ha firmado la paz > La paz ha sido firmada.


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Sintaxis de la oración simple

Sujeto
Clases
Activo
El que realiza la acción indicada por el verbo
Pasivo
El que recibe la acción indicada por el verbo
Elementos

Nombre

Categoría

Enlace

Ejemplo

Núcleo

Sustantivo, pronombre, infinitivo

ninguno

Tu amigo ha venido esta mañana.

Determinante

Artículo, adjetivo pronominal

ninguno

Tu amigo ha venido esta mañana.

Complemento preposicional (MI)

Sustantivo, pronombre, infinitivo

Preposi-

ción

El padre de Juan ha llegado hoy.

Atributo

(Mod. Directo)

Adjetivo calificativo, sustantivo

ninguno

Aquel hombre viejo va despacio.

Aposición

Sustantivo, pronombre, infinitivo

ninguno

Juan, tu amigo, ha llegado hoy.



Predicado

Voces

Activa

Pasiva

El sujeto realiza la acción indicada por el verbo.

El sujeto recibe la acción indicada por el verbo.



Clases

Nominal

Verbal

Verbo copulativo, que sirve de enlace.

Verbo predicativo, que añade significación.



Elementos del Predicado

Nombre

Clase

Categoría

Sustit.

Voz

Enlace

Ejemplos

Núcleo


Verbo


A/P


Juan ha llegado hoy.

Objeto Directo

Persona

Sust., pron.

le, les

A

---, a

He visto a Juan.

Cosa

Sust., pron., infinitivo

lo/s, la/s

A

---

He comprado la carne.

Objeto Indirecto


Sust., pron.

le, les

A/P

---, a, para

Compré las flores para tu madre.

Agente


Sust., pron.


P

por

El libro fue leído por Juan.

Predicativo

Copulativo

Sust., adj., pron.

Lo (neutro)

A/P

---

Juan llegó cansado.

Otros

adjetivo


Compró estropeadas las patatas.

Circunstan-

cial

Lugar

Sustantivo, pronombre o adverbio


A/P

Ninguno o cualquier preposición

Pedro llegó allí.

Tiempo

A/P

Pedro llegará mañana.

Modo

A/P

Pedro llegó sin prisa.

Cantidad

A/P

Pedro tardó mucho.

Causa

A/P

Tardó por la niebla.

Finalidad

A/P

Vino para merendar.

Otros

A/P

Vino con Juan.


Oración simple y oración compleja
Las oraciones se dividen en simples (cuando poseen un solo predicado, nominal o verbal) y complejas o compuestas (cuando poseen dos o más predicados, nominales y/o verbales). No es cierto que la oración compuesta esté formada por dos o más oraciones. Recordemos que oración es la mínima unidad gramatical que tiene sentido completo. La oración compleja se compone de proposiciones dotadas de estructura oracional. Las proposiciones pueden tener un mismo sujeto o sujetos diferentes.



Coordinación y subordinación
Dentro de una oración o de una proposición, dos palabras se coordinan cuando desempeñan idéntica función. Y dos palabras se subordinan cuando una de ellas completa el significado de la otra, y está a su servicio. De tal modo que si se suprime la palabra principal, hay que suprimir por fuerza la subordinada.
Todos los complementos del sintagma nominal y del sintagma verbal son elementos subordinados a sus respectivos núcleos, los cuales son los elementos principales del sintagma.

Coordinación y subordinación en la oración compleja
La coordinación y la subordinación no se producen sólo en el seno de una oración, sino que se pueden producir también entre las proposiciones que forman una oración compleja.
Dos o más proposiciones se unen mediante coordinación cuando una no depende de la otra. El hablante las reúne en una unidad mental superior: la oración compuesta, pero las proposiciones podrían funcionar como oraciones autónomas simples.
En la subordinación, en cambio, una de las proposiciones (la proposición subordinada) depende de la otra (la proposición principal) porque desempeña una de sus funciones. Es decir, la subordinada funciona como sujeto, atributo o complemento de la oración compleja.
Ni las oraciones subordinadas ni, muchas veces, las principales pueden funcionar como oraciones autónomas. Sólo adquieren sentido pleno en la unidad superior que es la oración (compleja).

Significado de las formas verbales
Cada forma verbal tiene significados gramaticales propios.

Los tiempos del indicativo: Presente
Expresa acción actual y no acabada. Pero ofrece otros usos importantes:
• Presente habitual: acciones continuadas que implican el momento presente.
• Presente histórico: acciones pasadas que se expresan en presente para darles mayor viveza.
• Presente futuro: indica acciones que ocurrirán a partir de ahora.
• Presente de mandato: manda con más viveza aún que el imperativo.

Pretéritos perfectos compuesto y simple
Ambas formas indican una acción acabada. El pretérito perfecto compuesto expresa una acción que ha terminado dentro de un tiempo que aún no ha terminado para el hablante. El pretérito perfecto simple expresa una acción que ha terminado también, pero dentro de un tiempo que el hablante considera terminado.

Pretérito imperfecto
Indica una acción que duraba en el pasado, sin considerar su final. Es una forma relativa, relacionada siempre con otra acción.

Futuro imperfecto
Presenta las siguientes variedades importantes:
• Futuro de obligación.
• Futuro de exigencia.
• Futuro de probabilidad.

Futuro perfecto
Es un tiempo relativo y expresa una acción futura acabada anterior a otra acción futura. Existe también el futuro perfecto de probabilidad, que expresa una opinión aproximada acerca de un hecho pasado.

Pretéritos pluscuamperfecto y anterior
Expresan una acción anterior a otra también pasada. Su diferencia es muy débil. El pretérito anterior expresa que su acción es inmediatamente anterior. Normalmente se prefiere utilizar la inmediatez por medio de adverbios como apenas, etc. Por ello, el pretérito anterior apenas se usa.


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domingo, 30 de septiembre de 2007

Algunas nociones sobre la producción de textos



Concepto de Discurso. Nociones de verdad, verosímil y ficción. Concepto de autor.
El concepto de Discurso se define a partir de Michael Focault como "un conjunto de enunciados que dependen de una misma formación discursiva... está constituida por un número limitado de enunciados para los cuales puede definirse un conjunto de condiciones de existencia”.
El concepto es relativamente fácil de entender. Discurso es simplemente sinónimo de enuncio o secuencia de enunciados y corresponde, dicho sea de paso, a lo que en la lingüística textual se suele calificar de texto. Es decir, una conversación familiar, una llamada telefónica, pero también una carta, un articulo de fondo, un documento jurídico etc. - todas estas formas de la comunicación verbal representan discursos. Conforme a este empleo del término, tenemos que entender por discurso toda manifestación concreta de la actividad del hablar según las reglas de una determinada lengua, concebida esta última como técnica histórica del hablar.
El discurso, sin embargo, no sólo es manifestación o actualización de la actividad del hablar mediante reglas y normas de una lengua, sino que al mismo tiempo - y este punto se olvida muy a menudo - es siempre realización de modelos textuales de modelos discursos, o, en la terminología aquí adoptada de tradiciones discursivas. Pero no hay que identificar las tradiciones discursivas exclusivamente con géneros o estilos literarios, ya que éstas representan también formas de la interacción verbal cotidiana.
Al insertar el discurso en situaciones y contextos concretos, nos encontramos ya en el campo de la pragmática. La pragmática toca principalmente el aspecto del uso, se interesa específicamente por las relaciones entre discursos y sus participantes, a saber, por las reglas que rigen el uso de expresiones, proposiciones, etc.



La pragmática considera esencialmente las situaciones en las que los discursos aparecen, las intenciones que rigen su producción, los efectos que los discursos provocan. Y, sobre todo, se interesa por los diferentes tipos de interacciones entre locutor/productor y alocutor/receptor que se constituyen en el discurso mismo. En este sentido representa ya el paso de la investigación de la expresión lingüística que sólo considera el aspecto semántico y sintáctico a una investigación integral de la comunicación verbal - integral en cuanto que toma en cuenta los aspectos esbozados.
En el término “discurso”, entendido como una unidad supraoracional de la actividad lingüística, se incluyen la narración, la exposición, la construcción de textos escritos, la conversación.

* Nociones de verdad, verosímil y ficción:
El término "verdad" se usa en dos sentidos: para referirse a una proposición o para referirse a una realidad. En el primer caso, se dice que una proposición es "verdadera" para distinguirla de otras "falsas". En el segundo, se dice que una realidad es "verdadera" en contraposición a otras que pueden calificarse de "ilusorias", "irreales", "inexistentes", etc.

Ya los griegos se ocuparon de explicitar la noción de verdad como propiedad de ciertos enunciados (verdaderos). Si bien es cierto que antes de Aristóteles se había concebido la verdad en este sentido, es él quien la explicita cuando sostiene que “decir que lo que es no es o que lo que no es es, es erróneo; pero decir que lo que es es y que lo que no es no es, es verdadero”. A partir de esta afirmación construye lo que se llamará luego la "concepción semántica de la verdad", es decir, la idea de que un enunciado es verdadero si hay correspondencia entre lo que se dice y aquello sobre lo que se habla.
Considérese el siguiente ejemplo:
La nieve es blanca (a) es verdadero si y sólo si la nieve es blanca (b).


Es lo verosímil, aquello que tiene la apariencia de la verdad sin serlo.
Aristóteles distingue el signo de lo verosímil, y enseña que esto último es una proposición que aparece como probable, entendiendo aquí por probable aquello que en la mayoría de los casos acontece o no acontece, existe o no existe, como por ejemplo: "los hombres aman a aquellos que les aman".
Si bien lo, verosímil, la verosimilitud de algo, no puede ser para la ciencia sino un elemento provisorio de juicio, en el proceso judicial en cambio tiene gran importancia.

En su referencia etimológica, el término ficción, remite a dos acepciones principales : a) dar forma, formar, modelar y b) simular, fingir (ficción poética). Las dos significaciones se ligan a una tercera : imaginar. Es válido localizar a la ficción en el ámbito de lo irrreal, pero además, la filosofía y el pensamiento clásicos han ubicado a la ficción y a la verdad como antitéticos, entendiendo a ésta última,como adecuación o correspondencia a una realidad en sí. en este sentido, la ficción fue relegada a mera imaginería o mentira literaria.

Foucault, sobre la ficción, dice : " en cuanto al problema de la ficción, es para mí un problema muy importante; me doy cuenta que no he escrito más que ficciones. No quiero, sin embargo, decir que esté fuera de verdad. Me parece que existe la posibilidad de hacer funcionar la ficción en la verdad; de inducir efectos de verdad con un discurso de ficción, y hacer de tal suerte que el discurso de verdad suscite, ‘fabrique’ algo que no existe todavía, es decir, ‘ficcione’.

* Concepto de autor:
La noción de "autor" –como creador individual de una obra artística o literaria– se puede situar histórica y culturalmente en el tránsito de la modernidad a la postmodenidad.
Tal como lo refiere Michel Foucault , el autor que desde el siglo XIX venía jugando el papel de regulador de la ficción, papel característico de la era industrial y burguesa, del individualismo y de la propiedad privada, habida cuenta de las modificaciones históricas posteriores, no tuvo ya ninguna necesidad de que esta función permaneciera constante en su forma y en su complejidad.
El concepto de autor, en los siglos XVIII y XIX, alcanzó el punto culminante de individualidad en la historia de las ideas, del conocimiento, de la literatura, en la historia de la filosofía y en la historia de las ciencias. Así, el autor vino a representar la realización del proyecto de la modernidad producto de la identificación del sujeto con su obra, con su unidad estilística, su coherencia conceptual y su originalidad. Estos elementos son tan auténticos y se han enraizado de tal modo, que aún hoy día tienen una considerable aplicación en la crítica literaria y, sobre todo, en la evaluación científica a cualquier instancia.
Por otra parte, es posible identificar en ellos los ideales de la modernidad, como la universalidad, la armonía, la existencia de ideas únicas, la verdad y la razón.




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Tablas de cohesión textual


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Redacción y edición de escritos



La redacción se desarrolla como un proceso complejo en el cual se pueden desagregar claramente tres fases o etapas: la primera, de pre-escritura, destinada al acopio, generación y organización de las ideas; la segunda, de redacción y la tercera, de revisión.

La cantidad de convenciones que requiere el acto de la escritura es muy elevada. Primeramente, tenemos que conocer la ortografía convencional y arbitraria de las palabras. Las reglas de ortografía no nos ahorran el trabajo de tener que memorizar las letras y los acentos que forman una palabra porque tienen una unidad relativa.

Cada regla tiene sus excepciones, son numerosas y suelen coincidir con las palabras más usuales. Además, determinados aspectos de la ortografía no tienen ninguna regla gramatical y la única posibilidad de dominarlos es memorizar palabra por palabra. Sólo podemos conocer qué letra corresponde poner a determinada palabra porque antes la hemos visto escrita y la recordamos. De no ser así tendremos que consultar un diccionario.
También debemos reconocer las convenciones que afectan al uso de las letras mayúsculas y la puntuación.

Asimismo, un buen escritor sabe muchas cosas sobre el tipo de texto que escribe. Por ejemplo, para escribir una carta tiene que conocer la estructura que tiene este tipo de texto, que es distinta de la que tiene una noticia periodística o una instancia. También tienen que adoptar un determinado tipo de registro, con expresiones más formales o más coloquiales que variará según el tema del texto y según la persona a quien se dirija. Y aún más, tiene que enlazar las frases entre ellas de una determinada manera con conjunciones, pronombres o sinónimos, de una forma muy distinta de como lo hacemos normalmente cuando hablamos.

En resumen, un escritor tiene que dominar las características del código: debe recordar la ortografía de las palabras, tiene que distinguir las sutiles normas de puntuación y las convenciones en el uso de las mayúsculas, es necesario que conozca la estructura, los registros y las formas de cohesión propios de los textos que quiere escribir. Es un extraordinario, vasto y variado conjunto de conocimientos. ¿Cómo los adquiere el aprendiz de escritor que se inicia? ¿Dónde puede encontrar todos estos conocimientos? ¿De dónde los aprende o los ha aprendido el escritor competente? Lo aprende de los textos ya escritos que han redactado otros escritores.

Pasos para la creación de un mensaje:

Su documento será más persuasivo si tiene una sola idea dominante. Llamaremos a esta idea rectora el mensaje principal. Usted puede dar otro nombre a su mensaje. Podría llamarlo, por ejemplo, una tesis, una propuesta, una proposición o un resumen. Nos gusta el término mensaje porque la palabra sugiere un tipo específico de idea.
• Está dirigido a una persona o grupo específicos.
• Tiene un propósito práctico.

Crear un mensaje implica cuatro etapas. ¿Cuáles son?
1. Definir el propósito que usted tiene
2. Analizar a sus lectores
3. Redactar una oración que contenga el mensaje
4. Revisar el mensaje.

Edición: Una buena edición implica hacer elecciones sensatas. ¿Qué palabras debe usar? ¿En qué orden debe ponerlas? Nunca hay una sola respuesta correcta.
Tómese un descanso antes de comenzar a editar. Deje a un lado su primer borrador y haga alguna otra cosa antes de editarlo. Esto le permitirá examinar lo que ha escrito con más objetividad, como si no lo hubiera escrito usted.
Pida una segunda opinión. Dé su trabajo a un colega o amigo cuya opinión respete. Es importante que usted conserve la facultad de elección final en la edición.
Edite sobre el papel, no en la pantalla. Puede examinar el texto con más objetividad cuando está sobre el papel.
Edite para lograr claridad. Eso implica usar un español llano, de uso corriente.
Edite en forma sistemática. El método más eficiente es editar el texto en tres niveles: los párrafos, las oraciones y las palabras.

Edite en tres niveles:
• Construya párrafos eficientes.
• Mejore las oraciones largas y complicadas.
• Escoja las palabras cuidadosamente.
De este modo, usted edita primero las unidades de significación más grandes. Los problemas a nivel de las oraciones y las palabras tienden a desaparecer a medida que edita los párrafos; otros problemas a nivel de las palabras se desvanecerán cuando edite las oraciones. Editar sistemáticamente implica que usted obtiene el máximo beneficio con un esfuerzo mínimo.

Control de los aspectos léxicos, sintácticos, semánticos y pragmáticos:
1) Pragmático: ¿El texto muestra que, como emisor, se ha tomado en cuenta a quién se dirige, con qué motivo? El formato elegido, ¿es el más apropiado? ¿Cree que su texto podrá cumplir el efecto que se ha propuesto? ¿Tuvo en cuenta la competencia de conocimientos de su receptor? Revise cómo ha sido su elección dentro de las posibilidades que brinda la lengua para que la comunicación sea exitosa.

2) Léxico- Semántico: ¿La información que se brinda es pertinente? ¿Se establecen en el texto contradicciones que no se aclaran? ¿Se ha utilizado un vocabulario preciso y adecuado al tema y al tipo de texto elegido? ¿Ha cuidado la cohesión del texto?.

3) Sintáctico: La combinación de palabras en las oraciones, ¿es intelegible? Si alguna de las oraciones no se organiza según el orden lineal, ¿puede reflexionar sobre las razones del cambio? ¿Es distractora la organización de su oración, por ej.: por exceso de inclusiones, por ser muy extensa, con elementos paratácticos (en coordinación), porque el verbo principal sólo se lo encuentra casi al final? Verifique la fluidez de las oraciones. La organización de los constituyentes de la oración, ¿puede inducir a una mala interpretación o a la ambigüedad? Verifique si todos los verbos tienen su sujeto correspondiente o si no ha olvidado desarrollar el predicado: esto sucede en oraciones extensas muy a menudo.

4) Morfológico: ¿La selección de palabras se corresponde con la intención comunicativa? Controle la concordancia entre los elementos. ¿La elección de persona (lª, 2ª o 3ª), de tiempo y modo verbal, de adjetivos (objetivos o subjetivos afectivos/valorativos) se corresponde con el tipo de texto elegido? ¿Cuidó no zigzaguear entre el tiempo pasado y el tiempo presente si su texto se trata de una narración? Preste atención a las formas irregulares, sobre todo de los verbos.

5) Notacional: ¿Ha cuidado que la puntuación del texto no se contradiga con lo que ha deseado expresar?. ¿La puntuación colabora con el lector para la captación del significado del texto?. ¿Revisó cuidadosamente la ortografía?. ¿Se preocupó por la tildación de las palabras para que no se produzcan confusiones o ambigüedades?. Verifique que sí utilizó los signos auxiliares que correspondan. ¿Recordó señalar con sangría el comienzo de sus párrafos?. Controle el uso de mayúsculas. Observe la utilización del espacio.
Recuerde que esta dimensión colabora activamente en la construcción del significado del texto.

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sábado, 15 de septiembre de 2007

Diccionario de Dudas de la Lengua Castellana

¿Se dice 'arrellenarse' o 'arrellanarse'? ¿cómo se conjuga 'asir'?¿Cómo debe escribirse: Tschaikowsky o CHAIKOVSKI? ¿'urgir' es transitivo o intransitivo? ¡Cuántas dudas pueden aparecer al hablar, al escribir...!
Para evitarlas (al menos algunas) surgieron unos diccionarios que van más allá de ofrecernos el significado de las entradas. Me refiero al Diccionario de Dudas, con ellos se pretende solucionar las posibles dificultades que nos encontramos en el uso de algunas formas y de corregir los usos coloquiales que han surgido y que se alejan de la norma.
En esta ocasión tenemos el Diccionario de Dudas y Dificultades de la Lengua de Manuel Seco. Un texto bastante completo y muy útil, de esos que todos deberíamos tener sobre nuestro escritorio.

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sábado, 8 de septiembre de 2007

Nociones básicas de Gramática. La sintaxis española


La sintaxis española

Los componentes de la oración guardan entre sí relaciones lógicas y estéticas que tienen su expresión verbal:
1. en el orden de colocación de las palabras, frases y oraciones (si se trata de una oración compuesta);
2. en la concordancia y relaciones de las palabras variables;
3. en el empleo de las preposiciones, conjunciones y voces enfáticas, y
4. en los acentos de intensidad. Hay también enlaces extraoracionales.

El idioma normalmente no emplea el sujeto, pero hay dos ocasiones en que sí:
c. cuando se requiere hacer resaltar la participación del sujeto en la acción, como insistiendo en que es aquel y no otro (empleo enfático);
d. cuando puede haber ambigüedad.

La concordancia según el sexo es casi general. Los colectivos (gente...) pueden concordar en singular (según la gramática) o en plural (idea, sentido, contenido), en esto hay muchas vacilaciones. La indeterminación favorece que la concordancia sea en plural y la determinación que lo sea en singular; mitad, tercio, resto... aplicados a un conjunto de individuos puede concertar en singular o en plural. En todos estos casos la pluralidad viene sugerida por el plural que sigue a la preposición de o por el significado de fracción de un colectivo; favorece la concordancia en plural de los colectivos singulares, la distancia a que se encuentran del verbo o adjetivo con que deben de concordar; normalmente irán en plural cuando, si es sujeto, el predicado (y viceversa) están en plural; el pronombre neutro en su significación colectiva puede ofrecer las mismas concordancias; el elemento preponderante para el interés del que habla puede atraer al verbo copulativo.


La posibilidad y la probabilidad en el pasado o en el futuro se expresan por medio del futuro hipotético (serían). Si la probabilidad se enuncia en pasado perfecto, empleamos el antefuturo hipotético (habría + participio) o el pluscuamperfecto de subjuntivo. La probabilidad en el presente y en el pasado inmediato se expresan también con los futuros simple y compuesto de indicativo, respectivamente.
Nos valemos también de medios léxicos como son el uso de poder, probablemente, deber de + infinitivo. Con los verbos poder, deber, y algunos más, las formas verbales en -ra y en -ría pueden sustituirse entre sí.
La oración dubitativa simple se enuncia con adverbios de duda seguidos de subjuntivo. El empleo del subjuntivo aumenta el sentido dubitativo de la oración, mientras que con el indicativo es una duda atenuada, que tiende a la afirmación o a la negación.
En las interrogativas parciales la duda no recae sobre el predicado mismo de la oración, sino sobre el sujeto o sus cualidades, o sobre cualquiera de los demás elementos de la oración. Las oraciones que expresan deseo se caracterizan por llevar el verbo en subjuntivo. La Real Academia Española agrega que su forma de expresión es el presente o pretérito imperfecto de subjuntivo; pero con la diferencia de que con el presente enunciamos un deseo que consideramos realizable, y con el imperfecto manifestamos un deseo cuya realización tenemos por imposible. Pero se emplean también el pluscuamperfecto y el perfecto de subjuntivo en oraciones independientes desiderativas.
No es la cualidad realizable o irrealizable lo que se hace que se exprese el deseo en presente o imperfecto, sino la significación temporal que corresponde a unas u otras formas verbales. El imperativo no puede emplearse en las exhortativas negativas. El infinitivo también se usa como imperativo. En oraciones exhortativas se emplea también el futuro de mandato.

La oración subordinada desempeña dentro de la principal la misma función que corresponde a un sustantivo, a un adjetivo o a un adverbio, equivaliendo a uno de ellos y clasificándose de esta manera: las oraciones sujeto: se introducen por medio de la conjunción subordinante que. Cuando son interrogativas no llevan conjunción. Pueden llevar artículo, aunque no es imprescindible.


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